martes, 22 de enero de 2013

MUNDO ANDINO ACTUAL





El mundo andino se encuentra hoy en una verdadera encrucijada. La sierra cuestiona, no como geografía inerte sino con todo el peso de las vidas que han logrado su conquista, reclamando un rol activo en el escenario peruano. Con sus erguidas y escarpadas montañas, con su peculiar conformación geofísica -ocupando vastos territorios- y ubicado en la franja media del Perú, interroga impertérrito acerca de su destino y gravitación en un medio donde impera la cibernética, la electrónica, la bolsa de valores, el mercado, la burocracia… ¿Qué rol le corresponde desempeñar? ¿Cuál es su aporte actual a la identidad nacional?

El mundo andino es sui generis en su conformación y constitución, pero no por ello ajeno a la dinámica nacional. La sierra es connatural al Perú, como nación y patria; convencido de la profundidad de esta afirmación, Riva Agüero dice: “La suerte del Perú es inseparable al mundo andino: se hunde o se redime con él, pero no es dado abandonarlo sin suicidarse”. La presencia de los Andes es histórica. No terminó con la Conquista o incluso con la República. Continúa, a tal punto que no se le puede considerar como una etapa superada: Es y será parte de nuestra historia e identidad nacional.

Cuando se viaja de la capital al interior, uno se desplaza en tiempo y en espacio alejándose de la modernidad. En el Perú, existen simultáneamente ritmos históricos que marchan a descompás; por tanto, es necesario un proyecto nacional que, determinadas las características de cada ritmo, los conduzca progresivamente al límite de sus posibilidades, armonizándolos entre sí e integrándolos en el marco de una historia común.

“El Perú moderno ha vivido y vive dos patrimonios: del castellano y del incaico… que aún cuando (aquél) subalterno en ideas, instituciones y lenguas, es primordial en sangre, instintos y tiempo”, ha señalado Riva Agüero. Y es que el hombre andino no ha sido espectador pasivo. Supo asimilar pero también enseñar. No claudicó en su modus vivendi. Entendió que su pretensión era su permanencia y no solo la búsqueda del bienestar. Sobre este programa edificó su estar-en-el-mundo. Al esfuerzo aislado y solitario opuso el espíritu comunal; al extremo fraccionamiento de los terrenos de cultivo y a la gran variación de las condiciones en diversos pisos climáticos opuso el control vertical de pisos ecológicos; a la dificultad en la utilización de técnicas sofisticadas de cultivo opuso un racional aprovechamiento de la mano de obra; al comercio generalizado opuso el intercambio y las relaciones recíprocas; al concepto utilitarista de la tierra opusieron un enfoque mágico-religioso; finalmente, a una sociedad funcional opusieron la comunidad basadas en lazos de sangre y de parentesco.

ROBERT CAPA

(Budapest, Hungría, 22 de octubre de 1913 -Thai Binh Vietnam, 25 de mayo de 1954), seudónimo de Endre Ernö Friedmann, fue el más famoso corresponsal gráfico de guerra del siglo XX.

Robert Capa (Endre Ernö Friedmann) nació en la ciudad de Budapest en el seno de una familia judía que gozaba de una buena posición económica. Su madre era diseñadora de moda y su padre un pensador intelectual con influencias aristocráticas. En Hungría era costumbre en aquella época pertenecer a un círculo de índole artístico o político y Endré entró en uno de ellos, en el que recibió el sobrenombre de "Bandi".




Primeros años

Condenado en su adolescencia a vivir vagando por la ciudad por la instauración del taller de sus padres en la casa, después de que éstos perdieran el local a raíz de la depresión económica de 1929. En estas andanzas conocería a una de las mujeres que más influyó en su vida, y se puede decir que, si no hubiera sido por ella no habría llegado a ser un gran fotógrafo. El nombre de esa mujer era Eva Besnyo, quien desde muy joven tuvo un gran interés por la fotografía. Eva era una de esas personas a las que le parecía más productivo tomar fotografías que hacer sus deberes escolares. En su juventud ya tomaba fotografías con su cámara Kodak Brownie. Ella y su especial gusto por este arte motivaron el primer contacto de Endré con la fotografía. Era muy solicitado por sus amigos, ya que se caracterizaba por ser un joven generoso y leal.

Ya hacia sus florecientes diecisiete años y esperando terminar su vida escolar, Endré conoce a una de esas personas que moldearían su vida, uno de esos buenos amigos que emprendían sus senderos, con excelentes consejos, apoyo económico oportuno, conexiones apropiadas, sugerencias artísticas y concepciones acerca de la vida. Este ilustre personaje se llamaba Lajos Kassák, quien, con tendencias socialistas, se decidió a ayudar a cualquier artista con corrientes constructivistas. Dio a conocer la fotografía como un objeto social mostrando las injusticias del sistema capitalista y presentando trabajos en sus seminarios como los de Jacob Riis y Lewis Hine. En 1929 la situación política iba de mal en peor con la imposición de un gobierno fascista en Hungría, lo que obligó al joven Endré a salir del país junto a la gran masa de jóvenes que se sentían presionados por la falta de un gobierno democrático y garantías económicas.

Etapa parisina

A los 18 años abandona Hungría, entonces ya bajo un gobierno fascista. Tras su paso por Alemania, viaja a París, donde conoce al fotógrafo David Seymour quien le consigue un trabajo como reportero gráfico en la revista Regards para cubrir las movilizaciones del Frente Popular.

Entre 1932 y 1936, tratando de escapar del nazismo, Endre Friedmann, establecido en Francia, conoce a la fotógrafa alemana Gerda Taro (nacida Gerta Pohorylle) que acabaría siendo su compañera. Para tratar de aumentar la cotización de los trabajos de la pareja a menudo rechazados, se inventan el nombre de un supuesto fotógrafo norteamericano Robert Capa, utilizado ambos indistintamente dicho seudónimo. Este hecho constituye la base de la polémica sobre quién de los dos tomó en realidad algunas de sus fotografías más relevantes.

Guerra Civil Española

Al estallar la Guerra Civil Española en julio de 1936, Capa se traslada a España con su novia para cubrir los principales acontecimientos de la contienda española. Implicado en la lucha antifascista y con la causa de la República, estuvo presente, desde ese lado, en los principales frentes de combate, desde los inicios en el frente de Madrid hasta la retirada final en Cataluña.

Siempre en primera línea, es mundialmente famosa su fotografía Muerte de un Miliciano, tomada en Cerro Muriano, en el frente de Córdoba, el 5 de septiembre de 1936. Reproducida en la mayoría de los libros sobre la Guerra Civil, su autenticidad ha sido puesta en cuestión por diversos expertos. A pesar de que un historiador local de Alcoy puso nombre al miliciano, Federico Borrell García, miliciano anarquista, el documental La sombra del iceberg (2007) niega tal atribución con testigos, médicos forenses y documentos del archivo local de Alcoy. Asimismo, muestra lo inconsistente de dicha tesis y aporta nuevas fotos de la secuencia del miliciano que avalan la tesis de la puesta en escena, así como la posibilidad de que la instantánea no la tomara Capa sino su mujer. En enero de 2008 se encontró, según la CNN, una valija perdida por Capa donde están innumerables negativos de tomas que efectuó en la Guerra Civil Española; un tesoro de incalculable valor histórico. Según un artículo publicado en la web de El Periódico, queda de manifiesto que dicho set de fotografías fueron tomadas a 10 kilómetros del frente, en la localidad de Espejo, donde tenían en esas fechas las tropas republicanas su cuartel general de acuerdo al periódico.

Durante la retirada del ejército republicano en la batalla de Brunete, en julio de 1937 Gerda Taro muere al frenar el coche en cuyo estribo viajaba, caer y ser arrollada por el tanque que el conductor intentó evitar. En este tiempo, Capa cubrió también diferentes episodios de la invasión japonesa de China, ya en los prolegómenos de la II Guerra Mundial.

Segunda Guerra Mundial

Durante la II Guerra Mundial, está presente en los principales escenarios bélicos de Europa, así desde 1941 a 1945 viaja por Italia, Londres y Norte de África. Del desembarco aliado en Normandía, el 6 de junio de 1944, el famoso día D, son clásicas sus fotografías tomadas, junto a los soldados que desembarcaban en la propia playa denominada Omaha en la terminología de la operación. Plasmó asimismo en imágenes la liberación de París. Huston Hu Riley fue el fotógrafo que retrató ese momento.3 Con motivo de su trabajo durante este conflicto, fue galardonado por el general Eisenhower con la Medalla de la Libertad.

Posguerra

En 1947 creó, junto con los fotógrafos Henri Cartier-Bresson, Rodger, Vandiver y David Seymour, la agencia Magnum Photos, donde Capa realizó un gran trabajo fotográfico, no solo en escenarios de guerra sino también en el mundo artístico, en el que tenía grandes amistades, entre las que se incluían Pablo Picasso, Ernest Hemingway y John Steinbeck.

En 1954, encontrándose en Japón visitando a unos amigos de antes de la guerra, fue llamado por la revista Life para reemplazar a otro fotógrafo en Vietnam, durante la Primera Guerra de Indochina. En la madrugada del 25 de mayo, mientras acompañaba a una expedición del ejército francés por una espesa zona boscosa, pisó inadvertidamente una mina y murió, siendo el primer corresponsal americano muerto en esta guerra y terminando así una azarosa vida profesional, guiada por una frase que popularizó: Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no te has acercado lo suficiente.

CONSTELACIONES

Las constelaciones son formas imaginarias que distinguimos en el cielo nocturno, uniendo mentalmente, los puntos formados por los grupos de estrellas visualmente cercanas entre sí. A lo largo de una vida, la posición de las estrellas no varía apreciablemente; esto es una ventaja para nosotros, ya que siempre que miremos una constelación, la veremos igual y acabaremos familiarizándonos con sus formas. La contaminación luminosa es un gran problema para la gente que, como nosotros, queremos disfrutar de esa maravillosa vista que es el cielo estrellado. Sin embargo, a no ser que vivamos en una gran ciudad, a poco que nos alejemos del núcleo urbano, ya podremos distinguir las estrellas más brillantes que diferencian a las principales constelaciones. Por ello, cuando estemos en un lugar privilegiado para la observación, como podría ser de acampada en la montaña, tenemos que fijarnos solo en las estrellas más brillantes para empezar a distinguir unas constelaciones de otras. Para orientarnos en un cielo tan grande y plagado de estrellas, tenemos que guiarnos por las más significativas e ir "saltando" a otras más débiles, imaginar líneas y formas geométricas que las unen, como podrían ser triángulos formados por tres estrellas de diferentes constelaciones. Al principio nos costará un poco descubrir algunas constelaciones que solo veremos por momentos, pero con un poco de calma pronto aprenderemos a mirar esos paisajes tan maravillosos que nos presentan las noches estrelladas.





CUADRATURA DEL CÍRCULO



Se denomina cuadratura del círculo al problema matemático, irresoluble de geometría, consistente en hallar —con sólo regla y compás— un cuadrado que posea un área que sea igual a la de un círculo dado, solo se puede calcular por el método de repeticiones sucesivas.

La resolución de este problema trató de abordarse repetidas veces, sin éxito, desde la antigüedad clásica hasta el siglo XIX. Hablando en sentido figurado, se dice de algo que es la "cuadratura del círculo" cuando representa un problema muy difícil o imposible de resolver.

La posibilidad de cuadrar superficies limitadas por curvas (superficies curvilíneas) y, en especial, la cuadratura del círculo, no habría parecido tan plausible a los griegos de no haber sido por el hecho de que Hipócrates de Quíos demostró que ciertas figuras curvilíneas construidas a propósito por él, llamadas lúnulas, podían cuadrarse. La resolución de la cuadratura de las lúnulas de Hipócrates creó una falsa expectativa entre los matemáticos de la antigüedad, llevándoles a pensar que podría cuadrarse el círculo.

En el siglo XX Chebotariov y Dorodnov probaron que, en general, las lúnulas no pueden cuadrarse excepto los tres tipos de lúnulas propuestos por Hipócrates y dos tipos más aportados por Leonhard Euler en el siglo XVIII. De esta forma quedó de manifiesto que la cuadratura de la lúnula no era otra cosa que una solución excepcional de un problema irresoluble, cosa que confundió a los matemáticos durante siglos creyendo que las lúnulas podrían acercarlos a la cuadratura del círculo.

En 1882, el matemático alemán Ferdinand Lindemann probó que π es un número trascendente, lo que implica que es imposible cuadrar el círculo usando regla y compás, resolviendo completamente el problema. Las pruebas usuales usan álgebra (teoría de Galois por ejemplo) y variable compleja.

ESTRELLA POLAR

Se denomina Estrella Polar a la estrella visible a simple vista que se ubica en la bóveda celeste de manera más próxima al eje de rotación de la Tierra o polo celeste; aunque por convención, con el término de estrella polar se hace referencia a la estrella más próxima al polo norte. Por efecto de la precesión de los equinoccios, los polos celestes se desplazan con relación a las estrellas alrededor del polo de la eclíptica y, en consecuencia, la estrella polar en cada hemisferio no es la misma a través de los años.

Hace 4.800 años, la estrella más cercana al polo norte celeste, es decir, la estrella polar de aquella lejana época, era Thuban (α Draconis), de magnitud 3,6 y que se encontraba a apenas 10' del polo celeste (la actual Estrella Polar dista 50'). Thuban fue famosa en China y Egipto, pues los antiguos astrónomos chinos la inscribieron en sus anales de la época del emperador Huang Di, que reinó en el 2700 a.C. Los egipcios que hace más de cincuenta siglos construyeron las grandes pirámides revelaron poseer unos conocimientos muy avanzados al abrir unas galerías que permiten observar desde su interior el polo norte que entonces apuntaba a Thuban. Hoy en día, desde las galerías de las pirámides, si no estuvieran obstruidas, se podría observar nuestra Estrella Polar, Polaris[cita requerida].

El polo celeste se desplazó después entre α Ursae Minoris y α Draconis. En esta época se construyó la esfera de Quirón, la más antigua conocida, correspondiente a la época de la expedición de los Argonautas, 1200 a.C[cita requerida]. A partir de entonces, el polo se fue aproximando hacia la que actualmente es la Estrella Polar.

A principios de nuestra era no había ninguna estrella brillante que indicara el lugar del polo. En la obra Julio César de William Shakespeare, el personaje principal dice: "Pero yo soy constante como la Estrella Polar que no tiene parangón en cuanto a estabilidad en el firmamento." Está claro que los versos de Shakespeare son un anacronismo pues en su época Polaris era la estrella polar, pero no en la época de Julio César donde el polo norte no apuntaba a ninguna estrella ya que encontraba a más de 12º de ella.1

Hacia el año 800 pasó cerca de una pequeña estrella doble de la constelación de Camelopardalis, la jirafa.


MITO DEL INKARRI



El mito de Inkarri: Segun las versiones Puquio (Ayacucho) Inkarri fue martirizado y decapitado por los españoles, quienes enterraron su cabeza en el Cusco. Pero la cabeza de Inkarri esta viva y le esta creciendo de nuevo el cuerpo debajo de la tierra. "Cuando el cuerpo de Inkarri este completo, él volvera". Este movimiento se difundio por Ayacucho, Ancash, Junin, cusco y estuvo relacionado a un mito el de Inkarri, el cristo (Dios) inca que resucitara, los pobladores andinos pensaron que esta Inca era Tupac Amaru I, decapitado por el gobierno del Virrey Franciso de Toledo (1570), y que algun dia resucitaria, y vino aquel dia: 4 de noviembre de 1780 en el cusco, los pobladores vieron a Jose Gabriel de condorcanqui (descendiente de los ultimos incas de vilcabamba, su linaje provenia de Juana Pilco Huaco, hija de Tupac Amaru I ) el Inkarri resucitado, le denominaron Tupac Amaru II. aunque tambien, esta version se difundio en la ceja de selva central. Aqui los aborigenes campas y aguarunas, por la predicacion de los curas agustinos, lo relacionaron con el nombre de Kesha Inca (el Inca mesias), el sería el mismisimo Juan Santos Atahualpa, jefe de la rebelion amazonica del siglo XVIII.


CRUZ DEL SUR

Es una de las más famosas constelaciones modernas a pesar de ser la más pequeña de las 88 que integran la esfera celeste; según los límites imaginarios impuestos por la Unión Astronómica Internacional (UAI) en 1930, esta constelación, con solo 68 grados cuadrados, cubre apenas 1/600 del cielo.

Es útil para la orientación ya que permite determinar el punto cardinal sur: prolongando cuatro veces y media en línea recta el eje principal de la cruz, partiendo de su estrella más brillante «Acrux», el «pie» de la Cruz, se llega al polo sur celeste, el punto alrededor del cual gira en forma aparente la bóveda del cielo. Una vez hecha esta prolongación, basta bajar una vertical hacia la línea del horizonte y allí se encuentra con bastante precisión el sur geográfico. Si bien por su proximidad al polo sur celeste, la Cruz del Sur gira alrededor del mismo en forma ostensible durante el transcurso de la noche, no importa su posición para este procedimiento de localización, ya que su brazo mayor, al girar alrededor del polo celeste, siempre determina el lugar del mismo.

La Cruz del Sur limita en tres de sus lados con la constelación Centaurus mientras que al sur lo hace con la de la Musca. Los griegos antiguos la crearon como parte de Centaurus, pero fue definida como un patrón estelar independiente en el siglo XVI, después de la expedición de Américo Vespucio a Sudamérica en 1501. Vespucio trazó un mapa tanto de las dos estrellas Alpha Centauri y Beta Centauri como de las estrellas de la Cruz. Aunque los griegos antiguos conocieron estas estrellas, la precesión gradual las habría puesto debajo del horizonte europeo antes de la era cristiana, de modo que fueron olvidadas. Es probable que hacia el año 5000 a. C., al final de la última era glacial, Centaurus y la Cruz del Sur fueran visibles sobre el horizonte en la medianoche de primavera en la latitud del centro de Europa



En la cosmovisión inca

Crux.

En el Tahuantinsuyo, esta constelación fue de importancia capital para las civilizaciones que se desarrollaron en este territorio pues la chakana (representación andina de Crux, con forma de una cruz escalonada), que en el quechua clásico quiere decir algo así como «escalera de ascenso y descenso» o «puente hacia arriba y hacia abajo», unía simbólicamente al Kay Pacha (mundo terrenal) con el Hanan Pacha (mundo de los dioses) y el Uku Pacha (mundo de los muertos).

Su importancia radica en que es la versión tangible del dios Viracocha, el creador y ordenador del mundo.

Sirvió de inspiración al emperador inca Pachacútec para dividir en cuatro el naciente Imperio inca donde cada estrella representa lo siguiente:
γ Crucis representa al Chinchaysuyo. Al norte. Región más rica.
β Crucis representa al Contisuyo. Al oeste.
δ Crucis representa al Antisuyo. Al este.
α Crucis representa al Collasuyo. Al sur, es la más importante por varios motivos entre los que se destacan: Ser la región de origen de la etnia base del imperio y contener al lago Titicaca.
ε Crucis, al estar al centro de las otras, representa a la capital imperial, la ciudad del Cusco.

En otras culturas amerindias

La Cruz del Sur.

Varias culturas indígenas de América del Sur consideraron a esta constelación como un símbolo asociado al ñandú:

Situados en el Cono Sur de Sudamérica, los mapuches, quienes la llaman Melipal («cuatro estrellas») en mapudungun, la consideraban una representación de la huella de un choyke, el ñandú o avestruz americano, animal sagrado en sus creencias.

En la Patagonia septentrional, hacia los siglos XVI y XVII, se imaginaban que la Vía Láctea era la representación de un campo de cacería de ñandúes, donde los cazadores utilizaban boleadoras, representadas por el «puntero» —α y β centauri— mientras que las Nubes de Magallanes representaban los cuerpos de los animales cazados y Las Pléyades, conocidas en la región como «Los siete cabritos», eran el nido del ñandú.

Para los mocovíes, en la región chaqueña, el puntero y sus estrellas cercanas representaban dos perros de caza y la Cruz del Sur, el cuerpo central del ñandú acechado, mientras que las restantes estrellas cercanas a la cruz completaban la figura del animal.

Para los bororó, en Brasil, la cruz era parte de una constelación que representaba a un ñandú, siendo la propia cruz una de las dos patas del mismo.